Se trata del texto de apertura del libro A forma difícil de Rodrigo Naves (n. 1955), seguido de ensayos sobre las obras de artistas cuyo trabajo se enfocó en el Brasil, como en el caso del pintor francés Jean Baptiste Debret (1768–1848), del ítalo-brasileño Alfredo Volpi (1896–1988), del artista plástico nacido en Lituania Lasar Segall (1891–1957) y de dos creadores auténticamente brasileños como Amilcar de Castro (1920–2002) y Alberto da Veiga Guignard (1896–1962). En la tesis que postula Naves, el elemento común a la trayectoria de tales artistas se relaciona con cierta fragilidad y timidez formal. Tal sería uno de los rasgos marcantes del arte moderno y contemporáneo en el Brasil, en abierta oposición a la fuerte estructuración que marca la producción artística internacional durante el siglo XX. Esto ha venido a convertirse en referencia obligada, en la crítica de arte más reciente, donde el abordaje del objeto artístico se ha hecho más analítico que histórico (aquel siempre basado en periodizaciones). En el libro, Naves procura trazar nexos posibles entre las diversas características de esas “formas difíciles” en el arte y los modos de organización social del país, cuyas transigencias e indefiniciones estructurales marcan un tipo de sociabilidad también dilacerada.
Historiador del arte, crítico, profesor universitario e, incluso, escritor de ficción, Rodrigo Naves ha sido el editor del suplemento Folhetim, de la Folha de São Paulo, así como de la revista Novos Estudos. En la actualidad, dirige el proyecto editorial Espaços del arte brasileño para la editora Cosac Naify.