En esta reseña sobre la muestra del pintor Iberê Camargo (1914?94), llevada a cabo en Río de Janeiro, el crítico de arte [José Ribamar] Ferreira Gullar (n. 1930) impugna la definición que se hace de su obra como “abstraccionismo informal”. La pintura informal o “tachisme” —que cundió como moda desde mediados de los cincuenta hasta 1970 en Brasil— ya había sido el blanco de críticas de artistas y de intelectuales ligados a la abstracción geométrica (el propio Gullar entre ellos) por enfatizar gestos reiterados espontáneamente, o falsamente libres, en la hechura de la obra. Iberê Camargo, quien jamás se vinculó con ninguna tendencia específica a lo largo de su trayectoria, mantuvo una producción autónoma; o sea, sin aferrarse siquiera a la abstracción, ni menos a la figuración como lenguaje que privilegiara su pintura. No obstante, críticos brasileños como Mário Pedrosa (1900?81) llegaron a temer, en un texto de 1958, un acercamiento del pintor al “tachisme”, con una abstracción totalmente “desobjetivada”.
Los dibujos que integraban la muestra de la galería Acervo, comentada por Gullar, habían sido hechos durante el encarcelamiento del pintor en el cuartel Marechal Caetano de Farias, en Río de Janeiro, por el asesinato de un hombre; juicio del que fue absuelto en seguida bajo el argumento de que actuó en legítima defensa. La mayoría de esos trabajos gráficos registra escenas en el patio interno de la prisión y un par de ellos —bajo el titulo de Tranca rua— son una referencia en código al nombre de un individuo condenado por asesinar a indigentes callejeros.
En referencia a este asunto, consúltese de Mário Pedrosa, “Iberê Camargo”, Jornal do Brasil, Río de Janeiro, 7 de junio de 1958. )