La muestra Amazonia de la escultora Maria Martins (1894−1973) marca el momento en que su obra pasa a ser aceptada en el medio artístico neoyorkino de los cuarenta. En ella, la artista presenta sus esculturas de formas orgánicas fundidas en bronce y cuyo tema es la mitología amazónica. Habiendo pasado gran parte de su vida fuera del Brasil, es una de las pocas artistas del país que mantuvo vínculos con el movimiento surrealista. En esa época, radicada en esa ciudad tuvo contacto con algunos de sus exponentes: el poeta André Breton y los artistas Yves Tanguy y Max Ernst. El presente documento revela el carácter primitivista del tipo de surrealismo desarrollado por Maria Martins. Hubo una nota al respecto de la muestra escrita por Jorge Zarur en el catálogo de la Valentine Gallery (22 de marzo de 1943) bajo el título “The Legend of the Origin”. Una década después, el poeta francés Benjamin Péret escribe sobre su obra “Nada evoca tanto as mensagens da natureza quanto a obra de Maria...”, en la exposición realizada en el Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro, 1956; muestra donde también publica el poeta brasileño Murilo Mendes, “A ação de Maria como escultora consistiu em.”. Casada con un representante diplomático del Brasil, Maria vivió en Sudamérica, Europa, Asia y los Estados Unidos. Fue grabadora, diseñadora y escritora, exhibiendo su obra paralelamente en muestras individuales y colectivas. Participó varias veces de la Bienal de São Paulo, habiendo sido figura vertebral en su fundación. En una película bajo el título de The Secret of Marcel Duchamp (BBC, 1997) se da a conocer el tórrido romance que vivió el artista franco-americano de Étant donnés [Siendo dadas], una historia reforzada en Art in América (2001) en el artículo “Marcel and Maria” escrito por Francis Naumann, mostrando que el proceso creativo de la obra mencionada recaía en dos compañeras de la agitada vida duchampiana: Maria Martins y su mujer Alexina, “Teeny”.