Después de haber sido el merecedor del Gran Premio de la Primera Bienal de São Paulo (1951) por su obra escultórica en metal Dreiteilige Einheit [Unidad tripartita, 1950], evento en el cual no pudo estar presente, Max Bill (1908?94), el pintor, escultor y arquitecto suizo, visita finalmente Brasil a invitación del Ministério das Relações Exteriores. Acepta ser entrevistado por el arquitecto y crítico de arte Flávio d’Aquino y el diálogo es publicado inicialmente por la revista Manchete, semanario de gran circulación, y algunos meses después en la mencionada revista HABITAT dirigida por Lina Bo Bardi. Tanto la entrevista como la conferencia que da el arquitecto suizo en la Faculdade de Arquitetura da Universidade de São Paulo provocan cierto revuelo entre los arquitectos brasileños. Bill cuestiona radicalmente el tipo de formalismo (brasileño) que no se compromete con la lógica de creación de la forma, ni tampoco con lo que denomina “función social” de la arquitectura. Tal es el meollo de la discusión que se desencadena con el texto indignado de Lúcio Costa (1902?98), el arquitecto y urbanista brasileño mejor conocido por el proyecto de planificación de la nueva capital, Brasilia (1956?61).
En referencia a este asunto, consúltese de Flávio d´Aquino, “Max Bill Max Bill critica a nossa moderna arquitetura”, Manchete, Rio de Janeiro, 13 jun. 1953; de Max Bill, “O arquiteto, a arquitetura, a sociedade”, Habitat, n.14, São Paulo, enero. /feb. 1954; y de Eduardo Corona, “O testamento tripartido de Max Bill”, A & D: Arquitetura e Decoração, n.4, São Paulo, mar./abr. 1954.