En este ensayo de 2004, Néstor García Canclini, teórico del arte y antropólogo argentino radicado en México, traza el declive de Latinoamérica [en épocas recientes] y analiza tres tipos de latinoamericanismo desde mediados del siglo XX. Sobre el momento inicial (involucrando la década de 1960), escribe que se dio a consecuencia del aumento de medios y maneras de comunicación entre la periferia y la parte central de la región. Sostiene que desde entonces empezó a surgir el anhelo por un futuro trascendente como resultado del clima en el que muchos artistas latinoamericanos podían, además de relacionarse entre sí, entrar en contacto con el mercado global y los ambientes de patrocinio. Sin embargo, tanto los golpes de estado como los conflictos militares sofocaron durante esta segunda etapa el sueño utópico y sus resultantes innovaciones artísticas e interconexiones. La producción artística tras la Guerra Sucia de los años setenta (en Argentina de 1976–83) es recordada por oscilar entre dos géneros opuestos —uno de testimonio y otro de farsa— como principio fundamental. La tercera y reciente etapa comenzó tras la vuelta a la democracia de la región durante la década de 1980. Trátase de las décadas cuando el desencanto con el pasado y la ausencia de fe en el futuro parecían omnipresentes, los artistas latinoamericanos estaban transmitiendo así una preocupación social ya sea por el instante o bien por la velocidad, fomentando una cultura y una estética: la de “hoy hay, mañana no se sabe”.

Néstor García Canclini (1939-) publicó este ensayo en el número de primavera de 2004 de Radical History Review, revista que aborda asuntos de género, raza, sexualidad, imperialismo y clases sociales, ampliando los límites de la historia occidental y no occidental. En este ensayo, García Canclini trata de analizar tres “momentos estéticos” en la historia latinoamericana. El primer momento ocurrió en la década de 1960, período volátil de la historia de la región al igual que en el resto del mundo. Esto fue especialmente verdad en Francia, durante mayo del 68 (al igual que en Checoslovaquia o Japón) debido a las revueltas estudiantiles y sindicales en contra de las instituciones culturales, lo cual tuvo eco en las principales ciudades de Latinoamérica (principalmente en países como México y Brasil). Es durante esta época que empezaron a surgir lugares alternativos para exposiciones y alianzas entre artistas de toda índole. Instituciones como el Instituto Torcuato di Tella argentino fomentaron las relaciones entre el arte y la política pero, hacia 1966, los acontecimientos políticos en Argentina denominados El Cordobazo y el golpe militar del Teniente General Juan Carlos Onganía (1966-70) comenzaron a limitar la libertad de expresión de los artistas y provocaron el primer éxodo de artistas del país, muchos de los cuales no regresaron jamás. En diversos países latinoamericanos como Chile, Brasil y Uruguay se instauró la censura a través de férreas dictaduras militares, las cuales llevaron a cabo una brutal represión en contra de sus ciudadanos y hubo un gran número de desapariciones. Tema tabú que, por lo general, no se discutía en público; hecho que volvió a provocar otro éxodo masivo entre los círculos de artistas y cenáculos académicos y de escritores. El propio autor, entre ellos.