Este artículo del pintor y crítico de arte venezolano Alejandro Otero [Rodríguez] (1921–90) responde a un texto de Pedro León Castro (de junio de 1949), y se enmarca dentro de la polémica surgida a raíz de la exposición de Otero en el Museo de Bellas Artes de Caracas (en enero de 1949) cuando exhibe, por primera vez, su radical serie Las Cafeteras, realizada en París, entre 1947 y 1948. En el debate participan, entre otros, Guillermo Meneses, César Rengifo, Domingo Maza Zabala y J. R. Guillent Pérez. El artículo es de gran interés porque Otero, al citar y comentar las frases de León Castro en contra de los jóvenes becarios que vivían en París —los cuales formarán a seguir, en 1950, el grupo Los Disidentes— pone en evidencia cómo las primeras reacciones en contra del abstraccionismo en Venezuela fueron más de naturaleza moral que de orden teórico. Esto se ejemplifica en cada una de las frases del pintor impugnador citadas por Otero: “oscuros sentimientos y apetitos desenfrenados”; “vagar por hórridos paraísos”; o bien, “celebrar misas negras bajo el signo del existencialismo”.
Escrito con humor y cierta displicencia, el artículo destaca porque Otero se interesa más por señalar los prejuicios personales que prevalecen sobre los argumentos de índole teórica en el terreno de la plástica como los externados por Pedro León Castro. Otero toca muy someramente el tema del realismo y el abstraccionismo, llamando la atención sobre la banalidad de los argumentos que utilizan los pintores de la corriente realista para explicar y defender su propia corriente, en frases “grandilocuentes y vacías de verdadero contenido”, las cuales “no corresponden a ningún problema en sí” que sea digno de mención.
El artículo esta reproducido en: Alejandro Otero. Memoria Crítica, en compilación de Douglas Monroy y Luisa Pérez Gil (Caracas: Monte Ávila Editores / Galería de Arte Nacional, 1993).