Oscar Machado (n. 1953) se forma dentro de la disciplina escultórica y reconoce que, entre sus experiencias claves, está su aprendizaje con el gran maestro de la escultura moderna en Venezuela, Francisco Narváez. Sin embargo, su objetivo es romper con las ideas de “volumen” y de “forma” de la escultura moderna, contándose entre aquellos artistas que, durante los ochenta, plantean una renovación (y a la vez una reflexión) en torno a los géneros tradicionales de la plástica (pintura, dibujo, escultura). Aunque no es considerado un artista conceptual, Machado ha sido incluido en muestras con los más representativos creadores de esta tendencia —véase: Venezuela: nuevas cartografías y cosmogonías (GAN, 1991; CCS 10, GAN. 1993, todas en Caracas)— por ser un artista que experimenta con nuevos materiales y en cuya obra cobra relevancia el proceso de la creación. Tales aspectos son destacados en la reseña de la periodista Blanca Elena Pantin (n. 1957), a través de opiniones de los críticos autorizados que inserta. Por ejemplo, la de Ruth Auerbach (en el texto del catálogo) referente a la obra de Machado como “acción escultórica” más que como escultura; llegando a mencionar que las “vasijas, ánforas, tirabuzones, insisten en presentarse como ideas abiertas e inacabadas o tal vez como la circunstancia y ocasión de un proceso creativo”. Cita, también, a Roberto Guevara (visitante de la muestra) sobre las piedras naturales que el artista interviene con bisutería barata y lentejuelas que, para el crítico, son una forma de readymade.
Desde el comienzo de la reseña se presenta a Machado como “el gran renovador de la escultura joven en Venezuela” y se destacan otros aspectos de interés como rasgos de su personalidad y de su concepción ética (sobre el arte y el rol del artista) al citar frases tales como “No soy un racionalista”, o bien, “En mi obra primero está el hombre antes que la tecnología”. Se afirma que Machado es un escultor que optó por mantenerse al margen, por no hacer concesiones de ningún tipo o ampararse en el reconocimiento social. Machado señala que, en su propuesta, hay un mensaje sobre la necesidad de impedir el caos que se vislumbra para el futuro de la humanidad.