Este no es sólo el discurso de apertura de una exposición, es el discurso fundador del Círculo de Bellas Artes de Bogotá, organización de carácter privada dedicada al estímulo de las artes, particularmente la pintura. Fue conformada por artistas locales como Roberto Pizano (Bogotá, 1896 -1930), Eugenio Zerda (Bogotá, 1878 -1945) y Coriolano Leudo (Bogotá, 1886 - Villeta, 1957).
El crítico literario y poeta colombiano Antonio Gómez Restrepo (Bogotá, 1869-1947) sugiere la importancia de crear una organización como ésta en ruta hacia la existencia de un arte colombiano hasta entonces incipiente, a partir de una síntesis entre lo local y lo universal que produzca una estética propia. Es de capital importancia subrayar la pregunta por un arte nacional que aunque no tuviera una respuesta desde el origen mestizo de la nación, como si va a ocurrir en la generación posterior, si está destinada a la consolidación de un campo artístico, ante todo desde el reconocimiento de la influencia del luminismo español en los artistas del Círculo.
En esta primera muestra expusieron: Ricardo Acevedo Bernal (Bogotá, 1867 - Roma-Italia, 1930) y Ricardo Gómez Campuzano (Bogotá, 1891-1981), ejemplos del arte neocostumbrista predominante a lo largo de la década del veinte en Colombia que representaba paisajes y cuadros de costumbres locales que incluía la vida cotidiana campesina y a la vez el pasado español que reafirmaba el predominio de los blancos sobre los mestizos. El Círculo de Bellas Artes si bien fue una iniciativa privada, estaba conformado por profesores de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, por lo que la técnica y los temas del arte propuestos por esta entidad fueron predominantes por más de una generación de artistas en Colombia. Para el historiador del arte Álvaro Medina (Barranquilla-Atlántico, 1942-), autor de la única referencia historiográfica al Círculo (“El Círculo de Bellas Artes y la españolería”. En: Procesos del Arte en Colombia. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, 1978), los artistas de ésta organización eran artistas mediocres y complacientes hacia un mercado del arte dominado por el gusto de los terratenientes.