En los años treinta, la artista colombiana Carolina Cárdenas Núñez (Bogotá, 1903-36) se destacó en la escena artística local por su trabajo en cerámica. Desde 1932, elaboró piezas junto a su amigo y artista Sergio Trujillo Magnenat (Manzanares-Caldas, 1911-91) utilizando el horno de una fábrica. El autor anónimo de este artículo, expresa claramente como el público de la ciudad de Bogotá era aún inexperto en la apreciación de la cerámica como arte. Por eso explica los procedimientos que hacen de ella un trabajo digno de ser apreciado más allá del ámbito doméstico, en ese sentido promociona la obra de una artista que experimentó con la cerámica.
Es importante anotar la inquietud de Cárdenas por esta técnica, considerada en ese entonces un arte aplicado y no un arte mayor que pudiera equipararse a la pintura o la escultura. Bajo las influencias del Art Déco y el Art Nouveau, la artista hizo trascender la relación que se establecía entre lo femenino y el arte decorativo u ornamental, hacia una apreciación de su obra y de ella misma como una artista moderna.
La exposición de la que da cuenta este artículo, se realizó de manera conjunta con María de Brigard y Sergio Trujillo Magnenat en 1936, año de la muerte de Cárdenas. La artista vivió sus primeros años en Inglaterra y a su regreso en 1928, a los 25 años de edad, inició estudios de artes en la Escuela de Bellas Artes. Cárdenas junto con Hena Rodríguez (Bogotá, 1915-97), Josefina Albarracín (Bogotá, 1910 – ¿) y Débora Arango (Medellín-Antioquia, 1907 – Envigado, Antioquia, 2005) desafiaron en los años treinta las concepciones de un arte realizado por mujeres al experimentar con las técnicas, temas y el canon de representación tradicional.
En 2005, el Museo Nacional de Colombia realizó la retrospectiva Carolina Cárdenas 1903-1936, hasta entonces, sólo se conocían algunas alusiones a su trabajo por el libro El arte colombiano de los años veinte y treinta (1994)del historiador del arte Álvaro Medina(Barranquilla – Atlántico, 1942-).