El capítulo “Orlando se casa con una monja” del libro Crónicas sobre el Grupo de Barranquilla (1978) —único libro publicado por el escritor y periodista colombiano Alfonso Fuenmayor (1917-94) representa un homenaje al artista popular Orlando Rivera (1915-60), un artista que “vivió en estado de pobreza permanente” según el historiador del arte colombiano Álvaro Medina (n. 1942). Los únicos artistas a quienes Fuenmayor dedica sendos capítulos son Alejandro Obregón (1920-92) y Rivera, más conocido como “Figurita”, apodo que surgió por su revista ilustrada Figuras. Medina afirma que su expresividad competía con la de pintores tales como el alemán radicado en Colombia, Guillermo Wiedemann (1905-69), y Darío Jiménez (1919-80). Orlando “Figurita” Rivera fue un artista popular que mantuvo estrecha amistad con los intelectuales del Grupo de Barranquilla.
El remoquete Grupo de Barranquilla, según señala Fuenmayor, nació en la ciudad de Bogotá cuando el escritor Próspero Morales Pradilla (1920-90) en su columna del diario El Espectador (Bogotá) nombró de esa manera a un grupo de reconocidos escritores y artistas que vivían en la ciudad costera de Barranquilla. Se formó en “mil novecientos cuarenta y tantos” como indica Fuenmayor, teniendo como cabezas fundadoras al escritor José Félix Fuenmayor (padre del autor, 1885-1966) y el catalán Ramón Vinyes (1882-1952) quienes frecuentaban, en ese entonces, la Librería Mundo,lugar clave en la conformación del Grupo. Allí, cotidianamente se reunían, además de los anteriores: los escritores Álvaro Cepeda Samudio (1926–72), Germán Vargas (1919- 91), Gabriel García Márquez (n. 1927). Posteriormente, el autor y los artistas Alejandro Obregón y “Figurita”, se reunirían en el Café Colombia, Café Roma y por último el bar La Cueva. Este último fue un lugar de gran renombre que trascendió a nivel nacional porque, alrededor de unos tragos de ron, allí confluían artistas, literatos y periodistas cuya mayor prioridad era alimentar la cómplice amistad, abarcando un período de 1945 a 1965.
Se reconocía a Alfonso Fuenmayor como el más culto del Grupo de Barranquilla, subdirector y editorialista de El Heraldo durante 26 años, posteriormente director del Diario del Caribe hasta 1983. En la revista bogotana Estampa (1938-70) se destacó como cronista de su columna “Tipos y cosas de la ciudad” y con García Márquez, Cepeda Samudio, Vargas y Vinyes fundó, en 1949, La Crónica, el semanario de la ciudad de Barranquilla que redactaba el grupo e ilustraba el propio “Figurita”.