El escultor Hugo Zapata reflexiona en esta entrevista sobre su etapa formativa, además de su labor en la docencia y la manera como la burocracia académica limitó su trabajo como artista. Relata su paso por la serigrafía, sus esfuerzos por sacar adelante una nueva facultad de artes en Medellín, de la cual fue el primer director. Cierto día comenzó a experimentar con el volumen y se convirtió en asiduo visitante del laboratorio de geología de la Universidad Nacional en la ciudad de Medellín. Desde entonces, ha desarrollado un lenguaje personal que refiere prácticas ancestrales, alusiones arqueológicas y búsquedas relacionadas con el tiempo, la memoria y los alfabetos secretos de las rocas. En el trabajo con la escultura en piedra, Zapata descubrió que se trataba de un material que no era mudo: “Los signos que contiene hay que descifrarlos”.

Este documento contribuye a identificar el surgimiento y evolución de las ideas e intereses artísticos del notable escultor colombiano Hugo Zapata (n. 1945).  

Zapata tomó algunos cursos en el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia, antes de ingresar finalmente a la facultad de arquitectura en la Universidad Nacional, con sede en Medellín. Esta fue la profesión asumida por varios de los inquietos jóvenes que protagonizaron la renovación artística en la plástica antioqueña en la década de setenta; en parte, como producto de la insatisfacción producto de la educación artística tradicional en Colombia.  

Zapata se interesó primero por el arte serial, resultado de las preocupaciones sociales y políticas de la época. Tomó parte activa en la fundación de la carrera de artes de la Universidad Nacional, que representa la respuesta dada por los nuevos artistas antioqueños a lo que consideraban el anquilosamiento de la academia tradicional. Zapata ha realizado numerosas obras para espacios privados y diversas esculturas públicas en Colombia con las que demuestra que “El arte es necesario en la medida en que integra al ser humano con lo que lo rodea y le acompaña espiritualmente más allá de cualquier promesa. El arte no es tan inútil”.