El artículo “Las mujeres de Tejada” del crítico y curador de arte Miguel González (n. 1950) es fundamental para comprender el devenir de la serie de mujeres-objeto realizadas, entre 1968 y 1978, por el artista Hernando Tejada (1924-98), amén de su importancia en la escena artística nacional.
A finales de los años sesenta, luego de incursionar en la pintura, el dibujo y la pintura mural histórica, Tejada elaboró una serie de mujeres-objeto cuyos títulos implicaban un juego de palabras entre un nombre femenino y la función del objeto, clara demostración de la gracia que impregnó su vida y obra. A “Tejadita” (como le llamaban en Cali) lo identificó su desparpajo y enamoramiento de las mujeres, aspectos que explotó cuando decidió ser director y actor de sus películas. Los nombres de las mujeres-objeto que conformaron la serie son: Teresa la mujer mesa (1969), Sacramento la mujer asiento (1970), Isadora la lechuza mecedora (1971), Abigail la mujer atril(1972), Leonor el tocador (1973), Paula la mujer jaula (1974), Estefanía la mujer telefonía (1975), Mónica filarmónica (1976) y Violeta la mujer cometa (1978). En esta serie, Tejada exalta los atributos sexuales de la mujer e imprime funciones mecánicas a las partes del cuerpo. Por ejemplo, Estefanía la mujer telefonía guarda en un seno el disco de marcar, sus labios son el micrófono y la mano el audífono.
Entre 1945 y 1947, Hernando Tejada estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes (hoy Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia); posteriormente, con apoyo de Alejandro Obregón (1920-92) —director en su momento de la Escuela— se desempeñó como profesor entre los años de 1949 y 1951. Algunas de estas mujeres-objeto participaron en eventos como la II y III Bienal de Arte de Coltejer (1970 y 1973, respectivamente).
Desde la década del setenta, Miguel González ha sido el crítico y curador de arte más reconocido en la ciudad de Cali. Su experiencia en la curaduría comenzó en 1971 al fundar la Corporación Ciudad Solar —con Hernando Guerrero (n. 1948) y Francisco “Pakiko” Ordóñez (n. 1949). En las décadas de setenta y ochenta dirigió varios espacios de exposición hasta que, en 1985, se vinculó como curador del Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali. Publicó en 2005 el libro Apuntes para una historia del arte en el Valle del Cauca durante el siglo XX y hasta la fecha se desempeña como profesor de historia del arte en el Instituto Departamental de Bellas Artes, en esa ciudad.