En esta entrevista, Danilo Dueñas (nac. 1956) discute con la periodista Diana Lloreda su manera de pensar respecto a la abstracción. La define como un concepto complejo que requiere madurar a partir de las posibilidades que dejaron cimentadas al principio del siglo XX artistas abstractos de renombre como Wassily Kandinsky (1886−1944), a quien Dueñas clasifica como “organicista”, y Piet Mondrian (1872–1944) y Kazimir Malévich (1878−1935), tildados de “mecanicistas”. Dueñas arguye que la necesidad de innovar, la cual continúa presente en el arte posmoderno, es errónea. A su juicio, tal pretensión genera arte inmaduro. Dueñas argumenta que no existe desarrollo de un trabajo riguroso a partir del pensamiento o bien de los conceptos básicos del arte como la abstracción y la composición pensados con estructura desde el espacio físico. El espacio físico, en opinión del artista, es el mundo material desde donde se puede operar sin las limitaciones que impone la memoria; es más, sin el prejuicio que trae el espacio social. Por eso, en el espacio físico existe un grado mayor de libertad de acción; esto sin desconocer el peso de las ideas, la historia y demás vectores que carga el espacio social. Tales argumentos de Dueñas son básicos para entender el desarrollo de su obra y enfocarla, en primera instancia, desde la experiencia y, luego, con el pensamiento. En su capacidad de apartarse de la corriente posmoderna —que paradójicamente se vuelve más moderna—, la paradoja de reclamar innovación y ruptura se hace evidente. Aquí se entiende la modernidad como una historia de impulsos ante la cual es preciso detenerse para madurarla y pensar, como, a su juicio, sucede con la pintura.