En este libro, Marta Traba define a la artista colombiana Beatriz González como “la ‘pintora clave’ para comprender un arte nacional”. La autora sostiene que, a partir de posiciones críticas respecto tanto a la cultura general como a la cultura popular, aunadas al desarrollo de un proyecto pictórico consecuente, la artista propone una forma de conocimiento de la idiosincrasia de la sociedad a la cual pertenece y un modo de aproximación a una imagen del país. A lo largo del libro, Traba introduce y desarrolla ciertos debates que la obra de González suscita; a saber: de la validez de lo cursi en arte; del arte popular versus arte culto; de la pintura como práctica subversiva; de la desacralización de la imagen; del consumo de la obra por parte de la burguesía. Haciéndose un recorrido por los diferentes momentos creativos de la artista, a partir de mediados de la década de los sesenta, Traba propone una reflexión conceptual y formal de obras específicas para poder, así, desarrollar los debates planteados. De ese modo, revisa el concepto de “lo cursi” desde la categoría de lo kitsch entendida como algo en lo cual se integra la tradición cultural (junto a sus hallazgos y conquistas) a nuevos sistemas. Además, Traba explica la apropiación que la artista hace en su lenguaje personal del imaginario colectivo fundado en el gusto popular y la difusión de los medios masivos; revela el carácter subversivo de este trabajo en cuanto logra exponer y satirizar temas delicados de tratar en nuestra sociedad; entre ellos, situaciones que entremezclan escenas de vida o muerte, ya sea lo feliz y lo macabro. Al mismo tiempo se explica la forma como la artista desacraliza fetiches culturales con la elaboración de reinterpretaciones irrisorias. Finalmente, Traba dedica un capítulo a la serie de pinturas enmarcadas en mobiliario y objetos —elaborados por Beatriz González a partir de 1970— los cuales postula como uno de los trabajos más importantes realizados en el continente.

Los muebles de Beatriz González es el único libro en la bibliografía de la crítica e historiadora argentina Marta Traba (1923–83) dedicado exclusivamente a una artista y, más aún, a una serie específica. En este caso, la serie de los muebles que Beatriz González (nac. 1938) elabora a partir de 1970. El libro es un esfuerzo que se propone divulgar herramientas para comprender el proyecto estético en la primera década de la carrera de la artista. Aquí, se torna evidente la concordancia entre la producción de una artista joven perteneciente a una generación de relevo de la generación de los años cincuenta y sesenta, con la propuesta crítica que Marta Traba consolida a partir de la publicación de su “teoría de la resistencia” expuesta en su libro Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas, 1950?1970 (México DF: Editora Siglo XXI, 1973). La línea teórica de Marta Traba en los años cincuenta, sujeta a una visión plenamente formalista, le permitió seguir y favorecer discursivamente la producción de la generación en cabeza de Alejandro Obregón (1920?92), Fernando Botero (nac. 1932) y Eduardo Ramírez Villamizar (1923?2004), entre otros. El libro en cuestión, en cambio, representa la forma como Traba observa una nueva producción, permitiéndole explicar la posibilidad de definición de un arte que revisa, apropia y proyecta “lo nacional”, y que a la vez se funda bajo un proyecto pictórico estructurado. Así, la autora utiliza referentes que, en vez de hablar desde la historia formalista del arte, hablan desde otros campos de las ciencias sociales como lo son  Walter Benjamin y Theodor W. Adorno. 

En este sentido, las reflexiones de Traba dejan ver la pertinencia en las estrategias creativas de Beatriz González, en cuanto se desprende del impulso romántico intimista para dar pie a la aproximación y tratamiento de fuentes diversas como lo son los medios masivos de comunicación, la cultura popular, el discurso político, entre otros. Estrategias propias de la generación emergente de los años sesenta y setenta entre quienes también se pueden contar a Bernardo Salcedo (1939–2007), Álvaro Barrios (nac. 1945) o Antonio Caro (nac. 1950), entre otros.