En esta entrevista con el pintor Carlos Correa (1912–1985) quedan manifiestos a todas luces los esfuerzos de los pintores que habían sido llamados “pedronelistas”. Se trata de los seguidores de los postulados de Pedro Nel Gómez (1899–1984), ufanos por demostrar que “lo nacional” se mantenía vigente, en contraposición de la corriente moderna universalista.
A comienzos de la década de sesenta se hizo evidente en el panorama de las artes plásticas colombianas la irrupción de las vanguardias internacionales, particularmente la abstracción y el expresionismo figurativo. Este surgimiento estuvo estimulado por el activo trabajo de crítica y divulgación de distintos personajes vinculados al arte, entre ellos Marta Traba (1923–83), quien defendió a los jóvenes que asimilaban entonces las nuevas tendencias, pasando a atacar, sin tregua, a todos aquellos representantes del nacionalismo.
En la época de esta reeditada contradicción entre tradición y modernidad, aquellos que habían defendido postulados americanistas y nacionalistas empezaron a perder vigencia, sintiéndose desplazados como protagonistas. Buscaron por distintos medios aferrarse a sus conquistas y defender estereotipos de “lo nacional” en contra de una supuesta maquinación orquestada por el imperialismo norteamericano.