Este artículo es la transcripción de una conferencia que William López dictó en 2005, en el marco del lanzamiento del Premio Nacional de Crítica del Ministerio de Cultura, la Universidad de Antioquia y el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá. Este premio pretende incentivar la producción crítica, apoyando el estudio especializado de las artes plásticas en el país. Con esta conferencia y varias ponencias que se presentaron en el primer foro sobre crítica de arte, la Universidad de los Andes editó en 2007 el libro Los pasos sobre las huellas: Ensayos sobre crítica de arte, que incluye artículos de varios autores sobre el tema en cuestión. Esto permite corroborar la existencia de un interés renovado por la crítica de arte en Colombia.
Dicho interés incluye la pregunta por el pasado. En este sentido, cabe resaltar la existencia de una serie de estudios que, en la primera década del siglo XXI, se han dedicado a explorar el surgimiento, la consolidación y la crisis de la crítica de arte en Colombia desde finales del siglo XIX hasta finales del siglo XX. El mismo López ha sido uno de los abanderados de este proceso, y sus textos, junto con los de Carmen María Jaramillo, pueden considerarse precursores en este campo de investigación. La existencia de estos trabajos es testimonio de la existencia de una convicción férrea de la importancia de la crítica de arte a la hora de dar cuenta de los procesos estéticos y la producción artística de una nación.
Por último, es pertinente señalar el tono de denuncia del artículo; el cual, para plantear un debate amplio sobre el estado de la crítica y la institucionalidad de las artes en el país desde principios del siglo XXI, cuestiona aspectos institucionales. López aprovecha la oportunidad para discutir la orientación de instituciones como el Museo de Arte Moderno (MAM), el Ministerio de Cultura y el Museo Nacional. A su juicio, estas entidades han colaborado en el aislamiento del arte y en la fractura existente que se ahonda entre el mundo artístico y el gran público. Es decir, el texto no se queda en la mera intención histórica, sino que cobra también una dimensión crítica; algo sin duda relevante si se considera que fue leído, por primera vez, en el lanzamiento de un premio de marcado carácter institucional.