La entrevista, incluida en un libro que recoge textos escritos por Ignacio Gómez Jaramillo (1910-70) y otros que se publicaron sobre su obra, es una de las más completas que se conocen en torno all artista. Éste presenta una narración autobiográfica amén de distintas reflexiones sobre el arte nacional y el papel del artista, bastante representativas ambas de la mentalidad de la época.
Durante la primera época de su pintura a nivel profesional, la obra de Gómez Jaramillo en España y en Francia se caracterizó por la asimilación del posimpresionismo y la asimilación de algunas influencias de movimientos modernos, aunque dentro de un notable rigor compositivo. Su paleta se caracterizó por colores ocres con una búsqueda de armonía entre forma y color. A su regreso a Colombia, comenzó a profundizar en los volúmenes, expandiéndolos y enfatizando en la estructura del cuadro, en buena medida como resultado de sus estudios sobre Paul Cézanne en París. Intentó establecerse como muralista; sin embargo, la abierta competencia con Pedro Nel Gómez (1899-1984), sólo le permitió desarrollar algunas obras.
En la década de cincuenta, Gómez Jaramillo se le asoció con la generación de pintores modernos (los llamados “trabistas”). No obstante, sus férreos enfrentamientos con la crítica Marta Traba lo ubicaron en una posición relegada. Acaso contribuyeron a que buscara “actualizar” su pintura, cuando ensayó composiciones abstractas y figuraciones bajo el estilo ascético de Bernard Buffet. Gómez Jaramillo fue un polemista y escribió distintos textos sobre artistas y pintura colombiana.
La entrevista —incluida en un libro que recoge textos escritos por Gómez Jaramillo y otros que se publicaron sobre su obra— es una de las más completas que se conocen con el artista. Éste presenta una narración autobiográfica y distintas reflexiones tanto sobre el arte nacional como sobre el papel del artista, muy representativas ambas de la mentalidad de la época.