Este ensayo de Abguar Bastos, el escritor del estado de Pará, trae a la luz el debate y la obvia polarización ideológica que se desencadena en Brasil durante el movimiento “modernista” de la década de los veinte. Los contendientes son un nacionalismo reaccionario y el pensamiento llamado “antropofágico” liderado por Oswald de Andrade a través de su manifiesto (1928) y de la propia Revista de Antropofagia (en sus dos ediciones), el cual sale en defensa del “hombre brasileño integrado al concepto del hombre universal”. El autor, adepto a este segundo grupo, fue uno de los difusores de la antropofagia oswaldiana en esa zona ecuatorial del Brasil (Belém do Pará); incluso, en este ensayo para el libro Testamento de uma geração, Bastos transcribe una carta enviada, desde Berlín, por el poeta Raul Bopp (aunque sin mencionar la fecha). En ella, el autor de Cobra Norato (1929?31), una de las obras “antropófagas” de mayor impacto, define a los indígenas como “cimiento” de la nación brasileña, propugnando por el “regreso al hombre natural, sin verborreas ni artificios”. La carta, escrita a modo de manifiesto, propone que el arte brasileño “legítimo” debe venir de la región amazónica, “empapada de humus y atiborrada del ruidazal de la selva”. En los términos usados por Bopp, bastaría con “catar y coleccionar” lo más rico del léxico nacional que implica “el modo sencillo e ingenuo como el pueblo narra”.
[Como lectura complementaria, consulte otro texto del autor sobre este tema en el archivo digital ICAA: “Manifesto Flami-n’-assu” (doc. no. 1111436)].