Este documento da a conocer la percepción que, sobre el arte de su época, construye un artista colombiano como Ignacio Gómez Jaramillo (1910–1970), reconocido tanto por su gran actividad como pintor de óleos y murales como por su participación en los circuitos locales de formación y difusión del arte. Desde su experiencia formativa en Europa (entre 1929 y 1934) al margen de las academias y, posteriormente en México (entre 1938 y 1939), el artista afirmó su adhesión al arte moderno definiéndolo por su autonomía: aquella donde el problema de la superficie era ante todo un asunto plástico. Para Gómez Jaramillo la relación con el momento presente y el público debían ser ineludibles para el artista moderno. En este sentido, consideró que el arte moderno en el país ocurrió tardíamente respecto a Europa y América Latina; siendo este posible, sólo cuando convergen factores tales como la formación libre de artistas jóvenes en Europa, el surgimiento de la crítica de arte especializada, la creación de galerías privadas de arte, la segmentación del público, e, incluso, el acceso a libros y reproducciones de arte moderno.
Con este texto, Gómez Jaramillo participó en el ciclo de charlas sobre arte colombiano en el programa ideado por la crítica argentina Marta Traba (1923–1983), con quien polemizaría al año siguiente de la entrevista y de la cual se distanciaría definitivamente. El texto, enmarcado en los propósitos de la formación de un público moderno para un arte moderno, acentuó la diferencia entre el arte del momento y el arte académico de las primeras tres décadas del siglo XX, apegado a los cánones de la academia española rechazada tajantemente por Gómez Jaramillo. A su vez, el artista criticó la escasa presencia de obras de arte en los museos oficiales a los que desacralizó, señalando a seguir el gusto de la élite colombiana por un arte de cuño literario y clásico durante las primeras décadas del siglo. Como ejemplo de arte moderno, Gómez Jaramillo hizo referencia al muralismo de los años cincuenta, a su juicio, expresión de arte temático con valores plásticos modernos. Complementariamente, observó inclusive el surgimiento de un arte religioso mural como expresión moderna de la llamada “integración de las artes”.