La importancia de este documento radica en que Ondina es el guión de la última interpretación actoral de María Teresa Hincapié (1954–2008), el cual puede considerarse como la culminación de su carrera en el teatro en Colombia. La primera vez que se presentó la obra fue ampliamente reconocida como la mejor pieza e interpretación del VI Festival de Teatro de Manizales (1983); razón por la cual fue seleccionada para la apertura en la siguiente versión del festival en1985.
En este guión se hace legible la influencia que Hincapié recibió del grupo de teatro experimental Acto Latino, al cual estuvo vinculada durante ocho años. A través del director del grupo, Juan Monsalve, la artista tuvo contacto con ideas y conceptos en torno al cuerpo, así como la depuración de elementos expresivos de Jerzy Grotowski (1933–1999), uno de los teóricos del teatro pobre, aunada a la propuesta del pensador italiano de teatro Eugenio Barba (nac. 1936).
Con el grupo Acto Latino, Hincapié hizo una gira con presentaciones por varios países de Centro América, Europa y Asia. Fundamentalmente en la India y en Japón, ella recibió influencia de formas teatrales tradicionales y experimentales como el Teatro Noh. Estas pautas, sumadas a la cercanía que posteriormente la artista tuvo con otros creadores tales como Doris Salcedo (nac. 1958), los video-artistas José Alejandro Restrepo (nac. 1959) y Gilles Charalambos (nac. 1958), y los performers Rolf Abderhalden (nac. 1956) y Álvaro Restrepo (nac. 1957), constituyen la base teórico-práctica de lo que maduraría como su propuesta personal en el performance. Entre esas obras se destacan sus performances Vitrina (1989) y Una cosa es una cosa, Primer Premio del XXXIII Salón Nacional de Artistas (1990). En ellas, se hace alusión tanto a “lo femenino” como a “lo cotidiano” en la dimensión que Hincapié les imprimió con su presencia escénica y su señorío espiritual.