Fernando Guillén Martínez fue un activo crítico literario y de arte colombiano (1925–1975) que escribió numerosos artículos sobre artes plásticas, danza, música, novela, poesía y cultura entre las décadas de los cuarenta y setenta. En este artículo, el autor expone una concepción del arte que se acerca al misticismo, defendiendo la existencia de leyes inmutables que cabe al artista descubrir y acatar. En este sentido, se compara al arte con la religión y la filosofía, pues las tres aspiran a la verdad y a la expresión de la totalidad humana. Con base en estos presupuestos, el crítico intenta mediar en una discusión central para la historia de las ideas estéticas en Colombia: el papel del nexo entre manifestaciones artísticas y condiciones sociales en torno a su producción en la valoración crítica.
Guillén condena a quienes ven en el arte una expresión diáfana de los valores sociales, pues opina que este procedimiento sacrifica la dimensión estética de las obras. Por eso reprueba las tendencias críticas que imponen condiciones al artista desde preceptos sociopolíticos, pues con ello se coarta la libertad de creación. Estos reproches están especialmente dirigidos tanto al realismo socialista como a aquellos críticos que, a partir de la aplicación de principios marxistas, intentaron sesgar la producción de la época. Guillén asegura que esta actitud evita la relación entre el arte y la realidad ya que la primera nace condicionada por la política. En síntesis, el artículo supone un aporte en relación con dos discusiones centrales para la época: la influencia de la política en las ideas estéticas, por un lado, y la relación entre arte y vida, por el otro.