Procesos del arte en Colombia (1978) constituye un libro fundamental en la historiografía del país por las tesis innovadoras que plantea el crítico e historiador del arte Álvaro Medina (nac. 1942) con respecto a los inicios del arte moderno en el ámbito nacional. En su introducción al libro, Medina aprovecha la ocasión para responder, críticamente, al artículo escrito por la artista Clemencia Lucena (1945–1983) para el suplemento Estravagario del periódico El Pueblo (Cali, 4 de abril de 1976) bajo el título de “El revisionismo en la crítica y la pintura colombiana”. Lucena había publicado ya, en 1975, “Anotaciones políticas sobre la pintura colombiana”, refutadas por Medina. Lo hizo en un par de artículos publicados en dos suplementos (el del Diario del Caribe y el mencionado Estravagario). A juicio de Lucena, Medina emprendió “la tarea de ‘demostrar’ que el libro Anotaciones políticas sobre la pintura colombiana era una sola equivocación, mientras que el enfoque y los métodos —fruto de largas pesquisas— del propio ‘investigador’ Medina son el único criterio de verdad” en juego; [artículo compilado en el libro póstumo La revolución, el arte, la mujer de Clemencia Lucena (Bogotá: Bandera Roja, 1984)]. Para comprender el contexto de la polémica entre ambos es importante hacer notar que Lucena militaba bajo la línea maoísta del MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario) y Medina, en el PCC (Partido Comunista Colombiano), de línea soviética.
Después de este intercambio de artículos, finalmente, Medina responde en la introducción de Procesos del arte en Colombia lo siguiente: “en el campo específico de la historia del arte colombiano, las aproximaciones llamadas marxistas han caído en verdaderas aberraciones al no comprenderse que, en su estado actual, los textos divulgados recogen generalidades y, por lo tanto, carecen de datos lo suficientemente confiables sobre ciertos giros, las particularidades de esos giros y la manera como ellos se tradujeron en un lenguaje dado”. Dicho contexto permite comprender el título que Medina le adjudica a la introducción: “Para entrar a combate”.
Medina, a su regreso de Nueva York, mantuvo una colaboración permanente para el suplemento dominical del Diario del Caribe (Barranquilla) entre 1973?77. En el proceso de investigación para el libro, dictó un Seminario de Arte Colombiano en la Universidad Nacional de Colombia (1974–77), amén de dirigir el programa radial Orientación plástica en la Radio Nacional (1974–75). Se desempeñó como profesor del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de Colombia y actualmente trabaja como investigador independiente.