Es importante decir que el lenguaje fotográfico y el audiovisual han sido temas de interés para el crítico colombiano José Hernán Aguilar (nac. 1952) y sus críticas están permeadas por un profundo conocimiento en estos temas. Los textos de su autoría evidencian su inquietud por la hibridación de asuntos y técnicas; incluso de disciplinas donde lo narrativo —fragmentado o bien montado— adquiere connotaciones múltiples. Eso da espacio a la interpretación de quien observa o interactúa con la obra de arte. De estos artistas analizados por Aguilar se rescatan las apuestas en ellos. ¿Por qué? Porque cree que como obras generan transformaciones tanto en la configuración de la imagen como en el uso mismo de la fotografía como recurso técnico; de ahí surge el título dado al documento.
La presencia de la fotografía en la década de los ochenta en Colombia responde, en su mayoría, a prácticas experimentales en las que la incursión de nuevos materiales y formatos resignifica este medio de expresión visual. Hernán Aguilar, un importante crítico en este período de transición para las artes plásticas colombianas, deja ver en este texto su percepción frente a la concepción del arte influido por las vanguardias.
En la década de los ochenta, la pintura ocupó lugar privilegiado en Colombia. Resulta interesante que Aguilar revise obra de artistas colombianos que no hicieron pintura sino fotografía. Entre ellos destaca a Becky Mayer (nac. 1944), Beatriz Jaramillo (nac. 1955), Jorge Ortiz (nac. 1948) y Adolfo Bernal (nac. 1954), quienes asumen el hacer fotográfico desde perspectivas diferentes. Es eso mismo lo que le permite a Aguilar enfatizar lo que él denomina “la elasticidad política de la fotografía” correspondiente a “la facilidad de manipulación de la imagen fotográfica”.