Tras ocupar una parte de su artículo a la trayectoria y formación de la artista venezolana Elisa Elvira Zuloaga (1900–80) como pintora y promotora cultural, Juan Carlos Palenzuela (1954–2007) se detiene de manera puntual en su obra en grabado. Destaca su comentario sobre dicha trayectoria poco conocida; Zuloaga realizó apenas siete exposiciones en vida y no en todas mostró sus grabados. Hubo una exposición póstuma importante en el TAGA (1981), mencionada por el crítico e historiador venezolano; sin embargo, es necesario confirmar la afirmación del crítico: su trabajo gráfico pide un estudio minucioso y detallado. Palenzuela tuvo las primeras noticias de su actividad como grabadora vía Miguel Arroyo (1920–2004), el crítico y museólogo venezolano para quien es iniciadora de la gráfica en Venezuela [véase Breve historia del grabado en metal (Caracas: Museo de Bellas Artes, 1975)]. Zuloaga fue, junto a Pedro Ángel González, una pionera del grabado moderno en Venezuela. Había estudiado pintura con Stanley William Hayter y con André Lhote.
Por otra parte, sobre su gestión cultural se puede añadir que fue directora de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación durante el breve período presidencial del escritor Rómulo Gallegos (entre febrero y noviembre de 1948). Desde ahí, Zuloaga impulsó los estudios de artistas venezolanos en el exterior y, en Venezuela, auspició el TLA (Taller Libre de Arte), espacio para los jóvenes de vanguardia; además, creó el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1945, con beca de estudios en París por tiempo limitado.