Sin duda, “Psicología del impresionismo”es uno de los artículos esenciales de la denominada “polémica de 1904”. En ella, según muchos historiadores del arte colombiano, se da el primer debate, en el ámbito nacional, sobre el principal movimiento pictórico de la segunda mitad del siglo XIX europeo. En su artículo, el poeta y crítico colombiano Maximiliano Grillo (Marmato, Caldas, 1868 – Bogotá, 1949), también conocido como Max Grillo, apoyado en los conceptos del crítico francés Fernand Caussy, arremete contra la concepción del impresionismo que Baldomero Sanín Cano expuso en la misma publicación; estaba ligada, en particular, a la autonomía de la obra de arte.
Desde la perspectiva de la historia de la crítica literaria en Colombia, la polémica de 1904, protagonizada por Grillo, el editor y crítico Baldomero Sanín Cano (1861–1957), además del abogado y educador Ricardo Hinestrosa (1) Daza (1874–1963), en las páginas de la Revista Contemporánea (1904–05), es un capítulo más dentro del proceso de modernización de la literatura en el país, particularmente con referencia a las categorías críticas con las que se la juzgaría.
Grillo, quien hacia el final del siglo XIX había dirigido la Revista Gris (1892–95) y también había protagonizado una de las más sonadas polémicas en Colombia en torno al Salón de Artistas de 1899 —la cual lo enfrentó al artista Epifanio Garay Caicedo (1849–1903) en defensa de la obra de Ricardo Acevedo Bernal (1867–1930)—, también está asociado a la Gruta (2) Simbólica. Este grupo reunió, entre 1900 y 1903, un número connotado de bohemios que se volcó completamente hacia las actividades poéticas y artísticas, como estrategia de resistencia a la asfixiante atmósfera política establecida, a inicios del siglo XX, por la Hegemonía Conservadora y la Iglesia Católica, triunfantes después de la llamada Guerra de los Mil Días (1899–1902).