El texto lo escribe el poeta, periodista y traductor colombiano Eduardo Castillo (1889–1938), quien usaba el seudónimo de “El Caballero Duende”, autor de varias entrevistas a literatos y artistas bajo el título “Una hora con…”. Francisco Antonio Cano (1865–1935) fue pintor, escultor y escribió sobre arte. Perteneció al grupo de artistas académicos con significativo reconocimiento en los dos medios artísticos donde se movió: Medellín y Bogotá. Entre 1903 y 1906 publicó e ilustró la revista Lectura y Arte.
Al igual que otros artistas de su generación, comparaba la diferencia existente entre Colombia y otros países de la región en lo que respecta al interés por el arte, recriminando la política oficial de su país y su desinterés por promover la enseñanza. Situación esta que dejaba en desventaja a los artistas locales frente a los demás países; de allí, la tendencia a desconocer el valor de los artistas nacionales y elegir extranjeros para realizar las obras públicas.
La fecha en que se realizó la entrevista, 1927, muestra el peso que seguían teniendo las posturas académicas en el arte colombiano. La mención de los artistas que a su juicio eran claves en la historia del arte indica que la mayor innovación aceptable era el impresionismo. La importancia de los comentarios de Cano reside en que, al igual que otros artistas de su generación, jugó un rol significativo como profesor de arte. Función que desempeño primero como profesor en su taller, luego como director y profesor del Instituto de Bellas Artes de Medellín, creado en 1910, y posteriormente ejerciendo la docencia y la dirección (1923?27) de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá.