Este fragmento del primer capítulo de La raza cósmica, el libro de José Vasconcelos de 1925, esboza su visión de lo que denomina como “la raza cósmica”: una etapa integral y final de la humanidad que englobaría a todas las razas y construiría una nueva civilización. Esta nueva raza tendría una realzada sensibilidad para apreciar lo estético, el amor a la belleza y una profunda y arraigada fe cristiana. “La quinta raza” se basaba en la entremezcla de las razas existentes en las Américas. Pero, antes de poder realizarse esta nueva y raza final, Vasconcelos explicaba que habría tres etapas sociales de la humanidad que debían completarse primero: la material o belicosa, la intelectual o política, y la espiritual o estética. Además, esta última etapa ocurriría en el continente latinoamericano, una vez realizado el necesario cruzamiento para la perfección de la especie. A seguir, explica que mientras que los ingleses no tardaron en aplicar la teoría zoológica del darwinismo a la sociología humana, eso no es apropiado ni debería emplearse. Según Vasconcelos, toda política imperialista necesita una filosofía que le sea propia para justificarse. Finalmente, explica el significado del número ocho (tres etapas y cinco razas) que, en términos de gnosis pitagórica, representa la igualdad ideal entre los humanos.