En esta conferencia, Gustavo Buntinx trata de convencer a sus oyentes de que el concepto actual sobre el “arte latinoamericano” es un constructo imperialista, y sostiene que la única solución es que debe reinventarse por completo. Comienza declarando que los intercambios de arte entre el norte y el sur siempre han sido, y continúan siendo, motivados más por el interés propio de los Estados Unidos que por cualquier deseo legítimo de intercambio cultural. Las políticas del multiculturalismo de los Estados Unidos son las que actualmente motivan todo el interés en torno al arte de Latinoamérica. Buntinx recuerda a los asistentes que existen precedentes históricos relativos a esta situación. The Museum of Modern Art (MoMA) mandó en 1943 a Lincoln Kirstein (1907-96) en un viaje por Latinoamérica para adquirir obras con las que reunir una colección y poder montar una exhibición en poco tiempo y, de esa forma, obtener réditos políticos. Buntinx señala que, en el momento en que esta colección dejó de cumplir objetivos políticos del museo, cayó inmediatamente en el olvido. A seguir, subraya que cuando la colección se tradujo en una exposición en El Museo del Barrio (2005), su presencia en dicho local indicaba que El Museo del Barrio empezaba a transformarse de una institución de ámbito comunitario en un “museo transnacional latinoamericano”. Durante el proceso, Buntinx explica que se emplea lo más remoto del “otro” (el latinoamericano) tan sólo para enmascarar al “otro” (el latino caribeño) que resulta demasiado cercano. Tal escenario, prosigue el autor, pone en evidencia que la única postura legítima mediante la cual se puede hablar sobre arte latinoamericano es aquella que se ubica desde el “sur”. Se deben destacar potencialmente los ambientes locales, apoyando a los artistas y estableciendo instituciones que respalden el arte en Latinoamérica, especialmente aquellas comprometidas en aras de la democracia. Buntinx cuenta que esto ha empezado a suceder, no sin antes recalcar la importancia de continuar con las labores de reconstrucción de instituciones de arte públicas (es decir, museos, academias, archivos, etc.). Señala la oposición mostrada a las iniciativas latinoamericanas para socavar la autoridad de los Estados Unidos y Europa, instando a sus oyentes a continuar con todos aquellos proyectos que, durante un proceso de subversión de los circuitos que perpetúan el poder norte-sur, colaboren para la maquinación de ciertos significados que sean innovadores. [Haciendo eco de pensadores y escritores de la región que operaron entre las décadas de cuarenta y cincuenta,] Buntinx finaliza instando al público a unirse al proyecto para “reinventar” Latinoamérica.