Gerardo Mosquera presenta en este texto la exhibición Ante América en un ensayo donde describe el marco social, político y económico común que ha fomentado el arte que denomina “del Sur” o de “Nuestra América”. “Nuestra América”, según explica, no es algo estrictamente definido por la geografía, sino una región imaginaria que incluye, además de los artistas que trabajan en Latinoamérica, a los latinoamericanos exiliados en Europa y los Estados Unidos, a los afro-americanos, a los chicanos y demás. Aunque una de las principales características de estos artistas sea su extrema heterogeneidad, aún así comparten una “comunidad cultural, histórica, económica y social común”. Mosquera sostiene que lo que vincula a los miembros de esta comunidad es la discrepante relación con los centros económicos; lo cual, a su vez, ha creado extremas contradicciones culturales y sociales en el seno de los contextos locales. Como resultado de ello, el arte producido por estos artistas que trabajan en “el Sur” siempre tiende a ocuparse de los contextos sociales, además de exhibir su tendencia recurrente hacia la apropiación posmodernista. Mosquera concluye señalando que el posmodernismo ha generado, en los centros tradicionales, un interés por el arte del “Otro”, aunque advierta que esto no ha paliado, necesariamente, los problemas al estar Ante América relativos a las percepciones tanto esencialistas como estereotipadas sobre el arte latinoamericano.