En este texto, Damián Bayón analiza la pregunta “¿Qué cualidades hacen latinoamericano el arte producido por los artistas latinoamericanos?” El autor comienza declarando que el arte de Latinoamérica se convierte en latinoamericano cuando el artista —por su capacidad individual— produce una obra que no se podría crear en ningún otro momento o lugar. Las cualidades latinoamericanas de esa obra serán, según el autor, inmediatamente reconocidas por el público. Bayón aclara que esta cualidad latinoamericana no tiene nada que ver con representar temas indígenas o nacionalistas. Más bien, se trata de una cualidad formal capaz de revelarnos el contexto en el que opera el artista. Bayón pasa a citar y a analizar ejemplos de artistas que han logrado realizar esto. Entre los ejemplos históricos nombra a José Guadalupe Posada, a los muralistas mexicanos, a los arquitectos brasileños de entre los años de 1940 y 1955, a Emilio Pettoruti, Rufino Tamayo y otros. Entre los ejemplos contemporáneos, cita a los abstraccionistas geométricos argentinos y venezolanos y a los artistas conocidos como cinéticos. Defiende a Pettoruti y a Torres-García de las críticas relativas a que sus obras eran demasiado europeas, sosteniendo que, aunque con un estilo internacional, artistas cinéticos como Julio Le Parc y Carlos Cruz-Diez han inventado procesos innovadores creando, así, formas de expresión singularmente latinoamericanas. Bayón concluye analizando la identidad de los artistas latinoamericanos en términos abstractos, afirmando que, entre otras cosas, la cualidad latinoamericana de sus trabajos está al mismo tiempo arraigada en su posición provinciana en relación a Europa y en su originalidad como artistas.