Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
Con el propósito de posicionarse como ámbito para la experimentación —en particular operando en la convergencia entre arte, tecnología y comunicación para promover una nueva realidad social—, el CAYC impulsó distintas iniciativas dedicadas a la fotografía y al cine amateur. Contó con la colaboración de la revista Fotografía Universal. Miguel Ángel Otero (n. 1945), introductor local de la perspectiva semiótica para la interpretación de la fotografía, la publicación acogió la discusión sobre los alcances de la producción de ese medio, su futuro y su reconocimiento institucional. [Daniel Merle, “Procesos forzados. Experimentación técnica y fotografía documental en Argentina entre 1967 y 1972”, inédito.] En aquel momento, la alianza entre Otero y el CAYC surgía del interés mutuo por una fotografía que reflejara con actitud militante la realidad social y política argentina.
Él y Glusberg promovieron el Festival de formatos no comerciales, antecedente directo de los Encuentros Abiertos Internacionales de Video [consultar GT-200; doc. no. 1476371, GT-291; doc. no. 1476439, GT-292; doc. no. 1476440)].