Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
La arquitectura y el diseño fueron dos componentes fundamentales de la propuesta interdisciplinaria del CAYC. Desde sus comienzos, el Centro estuvo ligado a la Fundación de Investigación Interdisciplinaria —espacio que dio cabida a un grupo de profesores disidentes de la Facultad de Arquitectura y Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires— tras la ocupación forzada de universidades nacionales. Disrupción social y de la enseñanza que tuvo lugar con el Golpe de Estado de 1966 del general Juan Carlos Onganía. Tales orígenes dejaron huella imborrable en distintos aspectos del Centro; entre ellos, el carácter proyectual de muchas de las iniciativas; el uso de las copias heliográficas en sus muestras; la colaboración con el sector industrial en exposición y concursos; así como la presencia de varios artistas-arquitectos en la formación del Grupo de los Trece: Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Fernando Benedit.
Según pone en evidencia esta gacetilla, iniciativas como el concurso Aurora eran instancias de exhibición e intercambio, que contribuyeron al desarrollo de disciplinas consideradas como “postergadas” en la Argentina de la década de setenta. Aun cuando se habla de bienes de uso, los avances no son evaluados en función de su éxito en el mercado, sino en cualidades del diseño en sí mismo: resolución formal y empleo de nuevos materiales. De allí el equipararlos con el arte contemporáneo, además del uso del término “arquitectura interior”, en lugar de los menos prestigiosos “interiorismo” o “decoración de interiores”.
Frecuentemente, este tipo de exposiciones y certámenes contaba con el apoyo de empresas vinculadas a la producción y comercialización de productos industriales; entre ellas, la de materiales plásticos Norenplast S.A., en la exposición Escultura, follaje y ruidos de 1970 (GT-08, GT-17; doc. nos. pendientes); o el concurso organizado por la firma de electrodomésticos Aurora (GT-41; doc. no. 1478063, GT-42; doc. no. 1478064, GT-47; doc. no. 1478075) de 1971. El propio Glusberg estaba vinculado al sector a través de su firma Modulor S.A. dedicada a los artefactos de iluminación.
En las bases de la convocatoria CAYC-Aurora, se detalla que este concurso estaba dirigido a “todos los artistas que así lo deseen del país y del exterior, diseñadores o investigadores de toda área”; ellos son el “enlace entre el arte y la tecnología”, trayendo a la comunidad problemática actual. La inclusión del teórico francés Abraham Moles (1920-92) era garantía de la contemporaneidad del evento. En gacetillas posteriores se difunden consideraciones del Jurado (GT-87; doc. no. 1477975), así como el listado final de premiados y seleccionados (GT-89; doc. no. 1477980).