Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
Durante la década de setenta, Glusberg trazó una red de colaboración con instituciones sudamericanas e internacionales involucradas con prácticas experimentales, las cuales compartían programas similares para incentivar la producción y exhibición de propuestas conceptuales en el meollo de un circuito contemporáneo formado por nuevos espacios y centros culturales.
Halvat Huvit, también llamada “Cheap Thrills”, fue uno de esos nexos. La galería funcionó entre 1973 y 1977 en el distrito de Ullanlinna de la capital finlandesa. Concebida como un espacio experimental por su fundador, el artista, crítico y editor Jan Olof Mallander (n. 1944), reunió al grupo artístico Elonkorjaajat (Sami Sjöberg, “J.O. Mallander and the Nordic Neo-Avant-Garde”, en The Cultural History of the Avant-Garde in the Nordic Countries Since 1975, 2022). Durante esos años, se organizaron en ese local de Helsinki alrededor de setenta exposiciones, siendo una de las más importantes: A head museum for the eighties, Un modelo de museo para los años ochenta (1974), presentando a 400 artistas de todo el mundo, los cuales enviaron sus obras por correo. Entre ellas estaban las preparadas por los integrantes del Grupo de los Trece y listadas en la presente gacetilla.
Tal modo de operar era frecuente, tanto en las exposiciones organizadas por el CAYC como al participar en iniciativas de instituciones extranjeras. Empleando las estrategias propias del “arte correo”, el objetivo era cierta estandarización —concepto tomado de la producción industrial— con el objetivo de generar un tipo de arte reproducible en cualquier contexto, sin demasiada intervención, inclusive sin la presencia del autor. El propósito medular es la comunicación, su eficacia, subrayando la idea en torno a propuestas “en proceso” con énfasis en los contenidos; ésto posibilitó una circulación ampliada de las imágenes con mayor alcance en la difusión de las iniciativas del CAYC en otras latitudes.