Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
Leopoldo Maler (n. 1937) es un artista argentino que, desde el inicio de los sesenta, vive entre Londres y Buenos Aires. Entonces, comienza a desarrollar su producción artística que incluye teatro, cine e instalaciones. A mediados de esa década, en Argentina, participa en los happenings y las experiencias del Instituto Torcuato Di Tella; en Inglaterra, a su vez, trabaja para la emisora británica BBC, además de desempeñarse como coreógrafo y como director de ballets experimentales. Inicia su colaboración con el CAYC en 1971 vía charla acompañada de diapositivas donde informa al público sobre su actividad en el exterior. Desde finales de ese año es parte de la formación original del Grupo de los Trece; por lo tanto, sus obras integran múltiples itinerancias: Arte de Sistemas y Hacia un perfil del arte latinoamericano, muestras organizadas por el Centro en distintas ciudades de América y Europa.
Signos en ecosistemas artificiales fue la instalación con la que el Grupo de los Trece participó de la XIV Bienal de São Paulo (1977). Esta condensaba las poéticas individuales de modo que resultaran complementarias para una lectura colectiva. Según el planteo de Glusberg —quien actuaba como curador, además de artista—, “ecosistemas artificiales” era un modo de llamar a los objetos artísticos. De igual modo, Marotta establece que “la suma de los discursos artísticos constituye un `lenguaje´ del arte; es decir, un paradigma capaz de representar por medio de una trama de relaciones.” [Jorge Glusberg, The group of thirteen. XIV Biennial of São Paulo, Buenos Aires, CAYC, 1977]. Durante la bienal paulistana, la instalación colectiva recibió el Grande Prêmio do Itamaraty otorgado por el Ministério das Relações Exteriores brasileño.
Con La última cena, obra suya que formaba parte del envío, Maler agregaba al clásico tópico religioso algunos signos de insoslayable lectura política: corderos plásticos colgando de una noria en perpetuo movimiento sobre una mesa vacía con trece lugares, bloqueados por manojos de alambres de púas.