Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional, o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
El documento reproduce una obra de la argentina Mirta Tocci y la menciona como participante de América Latina 76 [Latin America 76], a realizarse en febrero de 1977, en la Fundació Joan Miró. La exposición barcelonesa reunió un conjunto de obras similares a aquellas que integraron las distintas versiones de Arte de Sistemas en Latinoamérica. El cambio en el nombre deja entrever que el concepto “arte de sistemas” va perdiendo interés medular en el discurso institucional del CAYC. Sucede en respuesta a la escena artística internacional de finales de los setenta, donde el estructuralismo empieza a decaer en favor de una renovación en los discursos semióticos, estrechamente ligada a la posmodernidad. Aunque el prólogo del catálogo mantenga el título “Arte de sistemas en Latinoamérica”, el contenido propuesto por Glusberg implica una historización del término cuyo aspecto político deja de ser central reduciéndose a una de sus tantas manifestaciones. Este giro debe entenderse incluso en el marco de censura y represión que estipuló la recién iniciada dictadura militar argentina (1976-83). Paralelamente, había el delicado contexto de transición democrática comenzado en España tras la muerte del General Francisco Franco en noviembre de 1975.
Mirta Tocci (n. 1949), artista visual y escenógrafa argentina, emigró a fines de los setenta escapando de la dictadura militar en su país hasta instalarse en Barcelona (España) y radicando posteriormente en los Estados Unidos. En 1972, recibe el Gran Premio de Honor en la sección Dibujo del Salón Municipal de Artes Plásticas “Manuel Belgrano” y, años después es seleccionada para el “Premio Marcelo de Ridder” (1977) organizado por el MNBA, ambos en Buenos Aires. A partir de su participación en la muestra Gráficos argentinos ‘74 (GT-357; doc. no. 1476511), se convierte en colaboradora del CAYC participando en varias muestras internacionales.
El CAYC promovió América Latina 76 en otras de sus publicaciones [ver GT-721 (doc. no. 1477376)]. El uso de la cuadrícula para estandarizar las contribuciones de distintos artistas permitía al CAYC optimizar el alcance de las piezas de difusión de sus exposiciones colectivas.